Olvidos conscientes

Hace unos días ocurría un suceso terrible en China. Se produjo un incendio en una casa particular, que se había convertido desde hacía años en refugio, en ‘familia’ para decenas de niños recogidos y llegados de la calle, con la mala fortuna de que siete de estos menores murieron.

Como si se hubiera prendido una llama mediática y una explosión a nivel de oficiales locales, provinciales y gubernamentales empezaron a publicar artículos acusando a la responsable, a la mujer que había decidido dar cobijo, cuidado, amor y cariño, convirtiéndose en madre para todos esos pequeños que iban llegando a sus manos. No quiero ni imaginar lo que habrá tenido que soportar como ‘bronca’ oficial, las consecuencias que le vendrán de todo esto, por no hablar del dolor inmenso y el sufrimiento que le acompañarán ya de por vida, por la pérdida de esos pequeños a quienes quería con locura y por los demás niños, que inmediatamente fueron repartidos y trasladados a orfanatos.

¿qué otra cosa cabía esperar? … esto no podía quedar así… y como si de un efecto dominó se tratara, inmediatamente se dio la orden de inspeccionar todos los lugares y casas ‘ilegales’ donde se cuidan a niños… Para quienes no estéis familiarizados con el tema, en China existen diferentes tipos de orfanatos que ni yo he terminado de aclararme sobre sus ‘categorías’, de porqué unos gozan de ayudas, privilegios, etc., mientras que otros están absolutamente necesitados de todo.

Pero lo que sí he ido viendo estos años es que en todas las ciudades y pueblos existen personas y Casas que terminan acogiendo a huérfanos, convirtiéndose de alguna forma en esos orfanatos ilegales, que estoy segura de que los oficiales conocen que existen y no hacen nada, simplemente porque el problema les supera.

Me rebela y me entristece ver que ha ocurrido un accidente y han muerto siete pequeños. Por supuesto que esto es muy grave, sin embargo, todos los días mueren niños en los orfanatos, absolutamente todos los días, anónimos, olvidados, sin ser mediáticos y sin importar, esperando que alguien se acuerde de que existen, de que alguien les ayude. Pero siguen esperando y siguen muriendo mientras todas las sociedades miramos para otra parte.

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