Esperanza para el futuro de los niños

Como sabéis la vida de un niño 'seleccionado' para apadrinarlo, cambia radicalmente cuando se encuentran unos padrinos para él. Desde ese momento tiene una familia y con ella la oportunidad de conocer de cerca lo más parecido a lo que sería tener una familia propia.

Hoy me gustaría hablaros de tres niños: Hanna, Lucy y John.

Cuando fuimos a LuAn, lo hicimos porque yo había pedido visitar a varios niños que están apadrinados por familias españolas. Quería ver ‘in situ’ cómo vivían. Y lo que vi es que las familias les cuidan muy bien y sienten mucho amor por ellos. Quizá no podrán ofrecerles condiciones materiales que gozan los niños de aquí, pero sí el calor de hogar y de cariño. Además como LWB colabora allí con los programas de nutrición y educación, podríamos decir que estos niños tienen mucha suerte.

Hanna tiene parálisis cerebral y un ojo vago. Como conozco su historia y su carita desde hace tiempo, tengo que confesar que me llevé una sorpresa muy agradable cuando la vi. Sorpresa, porque si no llego a saber que la niña tenía parálisis, ni me hubiera enterado. Vive en un barrio muy humilde y cuando llegamos a su casa y lo vi por fuera, pensé que no tendría muchas comodidades, pero muy al contrario, por dentro era como un oasis en el barrio. Un piso mejor que muchos de los que conozco por aquí. Muchísima luz, limpísimo y los padres de acogida sonrientes y pendientes de ella constantemente. Por si esto fuese poco, vive con otra niña un año menor que ella que se ha convertido en su ‘hermana’. Tienen una complicidad envidiable y se quieren mucho. En fin, me encanto visitarla.

Después me dijeron que íbamos a una guardería, porque la pequeña Lucy estaba allí… cuando llegamos allí, lo que más me impresionó es que estaban dentro de una clase muy pequeñita, y sin luz y estaba comunicada con otra clase donde había niños un poco mayores que aún tenían menos luz… Lucy me recibió con una mirada desconfiada y parecía un poco triste. Tras el reparto de globos, pinturas, etc. los niños empezaban a animarse y alborotarse, pero ella no, se mantenía marcando las distancias. Le pedí que me dejara sacarme unas fotos con ella fuera que había más luz y accedió! Qué pensaría… le di muchos besos y le dije que en un país lejano hay mucha gente que la quiere y que pensamos en ella.

Y por último, fuimos a visitar a John, que al ser un poco mayor, estaba en la escuela. Cuando íbamos de camino, no sé de dónde, apareció su madre de acogida, toda orgullosa diciendo que quería acompañarnos.

Cuando llegamos a la escuela, enseguida ‘descubrí’ a John porque tiene una cara de bichillo inconfundible. Estaba jugando con otros amigos, entonces le dije a su madre de acogida que le había comprado una linterna pero que prefería que se lo diese ella a la noche, por no dar envidia a los demás, pero ella cogió la linterna y se la dio… acto seguido desapareció con su grupito de amigos, imagino que para investigar con su nuevo juguete, je, je…

Mañana he quedado con Aitor y unos amigos para ver las fotos de China y charlar un poco. Tengo muchas ganas, aunque siempre se me hace ‘raro’ ver todo lo vivido desde casa.
El tiempo y la distancia te dan siempre otra perspectiva de lo que ha sido…

Comentarios

  1. Jone,tienes un blogg precioso,y has echo una preciosa labor en China con los peques,mil gracias por compartirlo,tienes un enlace en mi blogg.
    Besos.
    Noelia-

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